Lo mejor de ser fotógrafo de boda es sentirse contagiado cada fin de semana con la alegría de todas las personas que participan en la boda y en esta ocasión Jesús y Ana derrocharon risas y emociones. Hubo momentos de lo mas emotivos en los que estuvieron muy presentes y se echó en falta a personas muy queridas de la familia, también detalles y regalos que hicieron saltar las lágrimas, pero sobre todo hubo felicidad y alegría. La sesión de exteriores fue superdivertida por las calles de Toledo en la que no faltaron anécdotas, desde bandas sonoras nupciales por músicos espontáneos, hasta desconocidos que se acercaban a felicitar a los recién casados. ¡Gracias pareja, por compartir conmigo este día tan especial para vosotros!. Espero que os gusten las fotos y que aquí muestro un pequeño resumen.